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lunes, 3 de agosto de 2015

Derecha e Izquierda - Norberto Bobbio [PDF Descargable]


En Derecha e Izquierda, libro que reedita la editorial Taurus veinte años después de su publicación original, Norberto Bobbio (1909-2004) responde sucesivamente a dos preguntas que podemos formular de la siguiente manera: ¿Existen todavía la izquierda y la derecha? Y, en caso afirmativo, ¿Qué criterio las distingue?
La primera cuestión se sitúa en el contexto del debate intelectual desencadenado tras la caída del muro de Berlín, hecho a partir del cual muchos entienden que la dicotomía derecha-izquierda que ha definido la vida política desde la Revolución Francesa ha quedado superada. Para Bobbio, sin embargo, la distinción entre derecha e izquierda aún tiene razón de ser.
Fundamentalmente, porque se trata de una división que responde a la naturaleza dicotómica del universo político. Aunque la reducción a dos tipos abstractos suponga una inevitable simplificación de la complejidad y matices de las ideologías –a veces de contornos difusos-, los dos bloques antitéticos de la derecha y la izquierda representan bien el carácter conflictivo de la vida política. Además, aunque su significado haya evolucionado con el tiempo -incorporando nuevas cuestiones y descartando otras- el hecho de que tanto en el lenguaje corriente como en el discurso político sigamos utilizando los términos ‘izquierda’ y ‘derecha’ para significar algo, demuestra que estos “no son cajas vacías” sino que están dotados de un cierto contenido.
Una vez ha argumentado la legitimidad de la díada derecha-izquierda, el autor se pregunta cuál es el criterio básico que las distingue. En su opinión, la distinción se articula en torno al ideal de igualdad. Es la diferente actitud ante este valor lo que distingue las doctrinas de derecha de las doctrinas de izquierda, siendo éstas favorables a la construcción de sociedades igualitarias y aquéllas, en cambio, desfavorables a la misma. En otras palabras, la izquierda tendería a exaltar más lo que hace a los hombres iguales mientras que la derecha destacaría lo que los hace desiguales.
Es en este segundo punto donde podemos alegar que Bobbio, quizá por tratarse de un ensayo de divulgación sin mayores pretensiones, no llega al fondo del asunto. Porque en realidad, no es la actitud ante un solo valor –la igualdad- lo que distingue la derecha de la izquierda. El origen, la raíz de la distinción se encuentra en una contrapuesta concepción de la naturaleza humana. La actitud respecto a los diferentes valores políticos (igualdad, sí, pero también libertad, autoridad, etc.) es una consecuencia de esas distintas formas de entender al hombre, pero no el criterio en sí.
Como decía Isaiah Berlin, “todas las ideas relativas a la acción humana reposan en una concepción sobre lo que el hombre es y puede ser”. Así, en general, para la izquierda el hombre es el ser dotado de una razón todopoderosa, capaz de idear y modelar sociedades de individuos perfectamente iguales y felices, comunidades capaces de realizar la bondad natural del hombre. Una concepción -recogida primordialmente en la filosofía de Rousseau-, que se inclina hacia valores como la emancipación, el igualitarismo (a toda costa) o el rechazo a la tradición y la autoridad. Por su parte, la derecha entiende al hombre como un ser capaz de hacer el bien y el mal, dotado de racionalidad limitada y con una capacidad relativa para incidir sobre la realidad política. Como tal, debe apoyarse en la experiencia heredada y en la tradición, destacándose en esta visión valores como la libertad individual, la prudencia y la responsabilidad. De este modo, derecha e izquierda aparecen como categorías políticas no solo vigentes sino inevitables, derivadas de hondas concepciones filosóficas.
Resulta muy esclarecedor, por otra parte, que Bobbio -cuya vida atravesó el siglo de los extremismos y quien no deja de reconocer su preferencia por la izquierda- termine destacando el valor del pluralismo y de la moderación a través de unas sugerentes palabras de Luigi Einaudi: “El optimum no se alcanza en la paz forzada de la tiranía totalitaria; se toca en la lucha continua entre los dos ideales, ninguno de los cuales puede ser vencido sin daño común”. Es el debate entre esa derecha y esa izquierda moderadas, que se necesitan mutuamente, lo que constituye la esencia del sistema democrático. Ahí está la enseñanza última de este recomendable ensayo.

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