Steve Jobs
Sus padres, dos estudiantes universitarios sin medios materiales para mantenerlo, entregaron al pequeño Steve en adopción al matrimonio formado por Paul y Clara Jobs (maquinista ferroviario y ama de casa, respectivamente). Desde 1961, la familia Jobs residió en la pequeña ciudad californiana de Mountain View, importante centro de la industria electrónica estadounidense. No cabe duda de que el ambiente local influyó en sus futuras inclinaciones profesionales; con apenas doce años se unió al Hewlett-Packard Explorer Club, asociación juvenil en la que los ingenieros de la compañía Hewlett-Packard enseñaban a niños y jóvenes las últimas creaciones en el terreno de la computación.
Al terminar el bachiller en el Instituto Homestead de Mountain View, Steve Jobs ingresó en la Reed College, una universidad de artes liberales radicada en Portland (Oregón), pero abandonó los estudios universitarios un semestre más tarde. En esa época coqueteó con las drogas y se interesó por la filosofía y la contracultura, llegando a viajar a la India en busca de iluminación espiritual. Tras unas prácticas en la empresa Hewlett-Packard en Palo Alto, en 1974 Jobs fue contratado como diseñador por Atari, compañía pionera de la por entonces naciente industria de los videojuegos.
Nace Apple
En aquella misma época se unió al que sería su primer socio, el ingeniero Stephen Wozniak. Jobs supo apreciar de inmediato el interés comercial del proyecto de microcomputador doméstico en que trabajaba su amigo; entre los bártulos y enseres domésticos del garaje crearon primero una imaginativa placa base y luego un computador completo, el Apple I, considerado el primer ordenador personal de la historia. En 1976, con el dinero obtenido en la venta de su furgoneta Volkswagen, fundaron la empresa Apple Computer, con sede en el garaje de la familia Jobs. Steve Jobs eligió el nombre Apple como un recuerdo de los tiempos en que trabajaba en la recolección de su fruta favorita, la manzana.
Steve Jobs en 1977
El Apple II, una mejora del modelo anterior, fue introducido en 1977, convirtiéndose en el primer ordenador de consumo masivo. Tras una impresionante lluvia de pedidos, Apple pasó a ser la empresa de mayor crecimiento de Estados Unidos. Tres años después, Apple salió a la bolsa con un precio de 22 dólares por acción, lo que convirtió a Jobs y Wozniak en millonarios. Steve Jobs había adquirido ya su fama de genio bifronte, magníficamente dotado para la tecnología y para los negocios: un excepcional talento creativo le había permitido tanto idear un ordenador revolucionario como triunfar en su comercialización.
Tras el Apple II, Jobs y Wozniak se enfrascaron en la creación del Macintosh, el primer ordenador asequible y fácil de manejar sin necesidad de saber informática: era la realización del sueño que acariciaba la industria desde la invención del primer microprocesador (1971). El lanzamiento del Macintosh en 1984 supuso un vuelco en las perspectivas del mercado. Su gran innovación fue una interfaz gráfica de diseño exquisito y amigable que simulaba una mesa de trabajo (el escritorio), y la introducción del ratón para ejecutar las funciones haciendo clic sobre las iconos, ventanas y menús de opciones que se abrían en la pantalla, lo que facilitaba grandemente la interacción entre el usuario y el ordenador: dejaba de ser necesario comprender, memorizar e introducir a través del teclado multitud de comandos esotéricos, de modo que hasta un niño podía utilizarlo. En este sentido, Jobs realizó una gran contribución a la introducción de los ordenadores personales en la enseñanza.
En 1981, el más fuerte competidor de Apple, IBM, había sacado al mercado su primer ordenador personal, copiando en buena parte las especificaciones del Apple II que la propia Apple, de forma un tanto ingenua, había hecho públicas. Con el ánimo de mantener la competitividad de su empresa, Steve Jobs decidió reclutar para la dirección de Apple al entonces presidente de la conocida multinacional de refrescos Pepsi, John Sculley, sin saber que éste acabaría echándole de su propia empresa. El estilo de Sculley, un ejecutivo de la vieja guardia, chocaba claramente con la rebeldía y las maneras heterodoxas de Jobs.
Steve Jobs, John Sculley y Stephen Wozniak en la presentación del Macintosh (San Francisco, 1984)
Al mismo tiempo empezaron los problemas entre Jobs y Wozniak, relegado a un segundo plano tras un accidente, aunque que, según otras versiones, el deterioro de sus relaciones se debió al difícil carácter de Jobs, tachado en medios informáticos de "tirano carismático". El resultado de ambos conflictos personales fue que Wozniak se marchó de Apple en 1985, año en que fueron despedidos mil doscientos empleados a raíz de una amplia reestructuración en la empresa, y Jobs dimitió para emprender en solitario una nueva andadura empresarial.
NeXT Computer y Pixar
Steve Jobs fundó una nueva compañía informática, NeXT Computer (1985), y a continuación compró al director cinematográfico estadounidense George Lucas, por diez millones de dólares, la división de animación de la productora del cineasta, Lucasfilm Limited. Así nacieron en 1986 los Estudios de Animación Pixar, centrados en la producción por ordenador de películas de dibujos animados; tan sólo tres años después, una de las películas realizadas por los estudios,Tin Toy (1988), mereció el Oscar de la Academia al mejor cortometraje animado.
En 1989, NeXT Computer lanzó su primer ordenador, repleto de funciones extraordinarias, pero que no resultó rentable por su elevado precio y su incompatibilidad con la mayoría de los sistemas existentes en el mercado. Finalmente, el visionario Jobs cerró la división de ordenadores en 1993, con el mérito de haber creado el aparato con el que el programador británico Tim Berners-Lee ideó la World Wide Web, que sería la base del desarrollo y popularización de Internet.
En su etapa en NeXT Computer (1989)
Su antigua empresa, en cambio, atravesaba momentos difíciles. Desde principios de los 80, los llamados PC clónicos (ordenadores personales compatibles con los de IBM) copaban el mercado gracias su bajo coste. Con Jobs al frente, Apple había logrado capear el temporal gracias al ya citado Macintosh (1984): su intuitiva interfaz gráfica fácilmente manejable mediante el ratón era claramente superior al MS-DOS, el sistema operativo de Microsoft que llevaban los clónicos, y justificaba, junto con otras virtudes, su elevado precio.
Pero cuando Microsoft lanzó las primeras versiones del sistema operativo Windows (Windows 3.1 en 1992, Windows 95 en 1995), Apple perdió uno de sus principales argumentos de venta. Un PC clónico equipado con Windows y ratón era tan fácil de usar como el Macintosh, y mucho más barato. A juicio de casi todos los expertos, Windows era un plagio de la interfaz del Macintosh; así lo entendió Apple, que de inmediato se enzarzó en demandas y pleitos contra la Microsoft de Bill Gates. La enemistad entre dos personalidades tan contrapuestas como el hipercreativo Steve Jobs y el funcionarial Bill Gates sería el tema de una película televisiva titulada Piratas del Silicon Valley, producida en 1998 por la cadena TNT.
De nuevo en Apple
Derrotada en sus pleitos contra Microsoft y sumergida en una profunda crisis, en diciembre de 1996 Apple decidió comprar NeXT Computer, lo que supuso la vuelta de Steve Jobs a la empresa por él fundada con un cargo de asesor interino (por el que Jobs, voluntariamente, no recibía ningún salario). Nueve meses después, la dimisión del presidente de Apple encumbró nuevamente a Jobs al frente de la compañía. En agosto de 1997, un mes antes de su nombramiento como presidente provisional de Apple, Jobs anunció un acuerdo con la corporación rival, Microsoft, que decidió invertir 150 millones de dólares en Apple. Las dos compañías acabaron comprendiendo que se necesitaban y se complementaban, pues Microsoft era el principal fabricante de programas para Macintosh, y Apple uno de los principales testigos en el juicio antimonopolio que la justicia norteamericana había incoado contra la empresa de Bill Gates.
Durante esta segunda etapa en Apple, en la que se mantendría como director ejecutivo hasta 2009, Steve Jobs continuó en su línea rompedora, impulsando productos decididamente innovadores. Visto en perspectiva, no hay duda de que acertó en sus planteamientos. Cuando Jobs asumió de nuevo la presidencia de Apple en septiembre de 1997, la batalla parecía perdida; en 2012, un año después de su muerte, Apple se había convertido en la empresa más valiosa del mundo: la cotización global de sus acciones en bolsa rozaba los seiscientos mil millones de dólares.
En 1998, justo un año después de su regreso, Steve Jobs volvió a revolucionar el mercado informático con el lanzamiento del iMac, un ordenador compacto integrado en el monitor, que además de su espectacular diseño vanguardista estaba preparado para navegar por Internet. Su éxito de ventas colocó a Apple nuevamente entre los cinco mayores fabricantes de ordenadores personales de Estados Unidos y acarreó una revalorización del 50% de las acciones de la compañía. Nuevas versiones del iMac, con mayor potencia y cada vez más sofisticadas prestaciones y diseño, seguirían apareciendo en los años siguientes, con gran aceptación entre su legión de usuarios incondicionales.
Como si el mundo del ordenador personal se le hubiera quedado pequeño, Jobs pasó pronto a desplegar su inagotable inventiva en otros ámbitos, conjugando como siempre había hecho las novedosas funcionalidades con la máxima simplicidad de uso y elegantes diseños minimalistas. El primero fue la música digital: en 2001 desembarcó en el sector musical con un reproductor de audio de bolsillo, el iPod, y dos años después creó la tienda musical iTunes, que lideró de inmediato la venta de música en línea y sigue manteniendo su posición dominante. Desgraciadamente, sus problemas de salud lo obligaron a apartarse temporalmente de su trabajo en 2004, año en que fue tratado de un cáncer de páncreas.
Steve Jobs en la presentación del iPhone (2007)
Las novedosas prestaciones del iPhone fueron pronto imitadas, pero sólo otro gran gigante del sector, Google (Sergei Brin y Larry Page), presentó batalla al liderazgo de Apple lanzando ese mismo año Android, un sistema operativo para móviles. La historia se repetía: el iPhone llevaba integrado su propio sistema operativo, el iOS, y gracias al desarrollo de Android, que acabaría por imponerse casi como estándar entre los restantes fabricantes, Google logró evitar que una probable hegemonía de Apple amenazase su posición dominante en Internet, pues era sabido que, en un futuro muy próximo, la mayor parte de conexiones a Internet se efectuarían desde dispositivos móviles.
En 2009, año en que hubo de someterse a un trasplante de hígado, Steve Jobs delegó la mayor parte de sus responsabilidades en Timothy Cook. Pero ni siquiera el visible deterioro de su salud lograría reducir su entrega al trabajo y su afán innovador. Con su creatividad intacta, todavía en 2010 sorprendió al mundo con el iPad, un híbrido de tableta y teléfono móvil; una ligera y delgadísima pantalla táctil de 9,7 pulgadas contenía en su parte posterior la potencia de procesamiento y todas las prestaciones de un ordenador portátil, sin necesidad de teclado ni ratón. Steve Jobs presentó la segunda versión, el iPad 2, en marzo de 2011, en la que sería una de sus últimas apariciones en público. El 5 de octubre de 2011, a los 56 años de edad, falleció en su casa de Palo Alto, víctima del avance del cáncer que le había sido detectado en 2003.
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